jueves, 9 de febrero de 2017

Recursos hídricos: La Laguna de Villena

La Laguna de Villena

Hasta el siglo XIX existió en las cercanías de la ciudad de Villena una laguna de considerables proporciones. Dicha laguna, juntamente con la de Salinas, que se encuentra algo más al sur, ilustra en la provincia de Alicante un curioso fenómeno geológico que se conoce como endorreísmo: ambas lagunas se encuentran en las zonas más deprimidas de extensas depresiones o cuencas, cuya principal característica es que las aguas no encuentran salida y allí se acumulan, pudiendo llegar a aflorar como fue el caso. También es común a ambas la existencia de numerosas surgencias de agua, por ser la zona de descarga de importantes acuíferos. Al contrario de lo que ocurre con la mayoría de lugares contemplados en este libro, no hemos encontrado en la obra del eminente botánico Antonio José Cavanilles sus interesantes descripciones sobre la Laguna de Villena antes de su desaparición.

El motivo no es otro que durante su ya celebre viaje por el Reino de Valencia, que comenzó en la primavera de 1791, Villena pertenecía al Reino de Murcia. Sí hemos encontrado referencias en el Libro de la Caza, que escribiera en 1325 el Infante Don Juan Manuel, Señor de Villena y morador de su castillo: [ Et Villena ay mejor lugar de todas las caças que en todo el Regno de Murçia Et aun dize don Iohan que pocos lugares yio el nunca tan bueno de todas las caças, ca de çima del alcaçar vera omne caçar garças e anades e gruas con falcones e con açores e perdices e codornices e a otras aves llaman flamenques que son fermosas aves e muy ligeras para caçar sinon porque son muy graves de sacar del agua ca nunca estan sinon en muy gran laguna de agua salada.] El estancamiento de las aguas estaba en el origen de las fiebres Tercianas, conocidas así por los periodos de fiebre que el paciente sufre de forma reiterada cada tres días. Estas azotaban periódicamente a Villena y, aunque el dicho popular afirma que “por tercianas no doblan las campanas”, se empezó a contemplar su desecación. Así, el 23 de abril de 1803, Carlos IV encargará a su Arquitecto Mayor, D. Juan de Villanueva (el arquitecto del Museo del Prado), los trabajos para desecar la zona. La obra principal que se llevó a cabo fue la excavación de la llamada Acequia del Rey, un canal de unos diez kilómetros de longitud, cuya misión era, y aún es, la de evacuar las aguas de la cuenca de Villena. Esta acequia o azarbe de drenaje vertería al río Vinalopó y por este motivo el saneamiento interesó desde el principio a la ciudad de Elche, quien veía en las obras la posibilidad de incrementar sus recursos hídricos a través de dicho río. Sus gobernantes impulsaron con tenacidad la desecación, aunque no fueron los únicos.

El interés de la ciudad de las palmeras y de otras poblaciones vecinas radicaba en que, por otra parte, la desecación dejaría al descubierto los diferentes manantiales, permitiendo separar los caudales salobres de los dulces, que eran en principio más apreciados. Tras la obra, los funcionarios del rey amojonaron con postes, también llamados tánganos, la finca que denominaron “Demarcación de La Laguna”, constatando la obtención de 1.704 hectáreas de terrenos cultivables y la pérdida de un espacio singular. Las nuevas tierras así obtenidas fueron entregadas en uso a colonos, conocidos también como “laguneros”, que debían pagar por ellas un diezmo.

Los campos surgidos de la desecación se regaban principalmente con las aguas de la fuente del “Hoyo de la Virgen”, situada en la pedanía de Las Virtudes. Este importante manadero, más conocido como la “Fuente del Chopo”, sería motivo de disputas entre Elda y Elche durante siglos al estar ambos interesados en aprovechar sus aguas. Por la cesión de esta agua de riego, Villena percibía un elevado canon que se aportaba a las arcas municipales. Este manantial nos sirve para ilustrar el proceso paulatino de agotamiento que han experimentado las aguas subterráneas en los últimos 100 años, ya que en ese lapso de tiempo lo que antes se regaba en 23 horas ahora necesita 20 días.




                                



Mapa topográfico de la Laguna de Villena levantado alrededor de 1790, con vistas a su desecación.


                                                          


                                                    Término de la Ciudad de Villena y curso de sus aguas, de 1750.

1985 LA FAUNA VILLENENSE Y LA DESECACIÓN DE LA LAGUNA

No hay comentarios:

Publicar un comentario